Querían Agitación Social y Ya Empezó Con el TLC
Alberto Cárdenas Jiménez, secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), en la línea neoliberal inflexible, publicó en el Diario Oficial de la Federación, el último día de 2007, las reglas de operación de los programas para el campo, sin tomar en cuenta las observaciones y comentarios de las organizaciones agrarias.
En respuesta a esto que describieron como “política de guerra” del gobierno contra el campesinado mexicano, un centenar de agricultores de diez organizaciones rurales, de trabajadores y grupos sociales de México y Estados Unidos construyeron, en el primer minuto de 2008, un muro humano en el puente fronterizo Córdoba-Las Américas, con lo que se inició una etapa de oposición en defensa de la soberanía alimentaria del país, ante la importación indiscriminada de maíz, frijol, azúcar y leche en polvo, cuyos aranceles ya quedaron eliminados, según lo pactado en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que firmó Carlos Salinas de Gortari, a pesar de todas las advertencias por el desleal proceder del gobierno estadounidense que subsidia fuertemente a sus agricultores mientras exige que los demás países eliminen los subsidios a los suyos.
Lejos de atender las evidencias de disparidad entre los sectores agrícolas de uno y otro lado, el gobierno mexicano persistió tozudamente en la apertura indiscriminada a productos externos, sin recibir reciprocidad en ningún caso, ya que ha bastado una decisión local en el paso de mercancías mexicanas, para que Estados Unidos incumpla el tratado en su territorio, alegando diversas razones legales para ello, sin que el gobierno mexicano responda en consecuencia.
Las protestas que se iniciaron este 1 de enero amenazan con crecer y extenderse a otros ámbitos, dadas las medidas antipopulares emprendidas ciegamente por el gobierno federal, ante las cuales ya ni las instancias jurídicas son una posibilidad de justicia, estando los tribunales judiciales tan sometidos al poder ejecutivo.
No obstante, los organismos agrarios que iniciaron la resistencia agrícola, acordaron emplazar para el próximo 7 de enero al titular de la Sagarpa para que atienda sus propuestas y termine su “cerrazón”, y solicitarán formalmente a la Cámara de Diputados que llame la atención al funcionario. Advirtieron que la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario de los gobiernos de los estados podría demandar jurídicamente al titular de Sagarpa, ya que eliminó la federalización de los recursos.
“Pensamos que no podía haber un clon de Javier Usabiaga Arroyo –el titular de Sagarpa en el foxiato, con quien las organizaciones campesinas tuvieron frecuentes roces–, pero nos equivocamos. Cárdenas Jiménez resultó peor, quizá porque consume maíz y soya transgénicos”, dijo Martín Solís, integrante de la Alianza Nacional de Productores Agropecuarios y Pesqueros-El Barzón.
Por su parte, Víctor Suárez, director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo, consideró que la actitud del titular de la Sagarpa “es una provocación hacia el movimiento campesino. Con su actitud caprichosa sólo está agudizando la confrontación y los conflictos sociales, pues es evidente que atrasará la aplicación de los recursos para el campo.
“Lo único que debemos agradecerle es que ha fomentado la unidad de los jornaleros”, dijo.
Asimismo, llamó a la dirigencia de la Confederación Nacional Campesina (del PRI, tan omisa en sus observaciones oportunas al TLC) a mantener su postura crítica frente a la acción arbitraria de Cárdenas Jiménez y “no caer en su juego de desgaste y división” en este asunto que es parte fundamental de la lucha campesina, como la revisión del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
(Con información de La Jornada)